Un cable submarino o Interoceánico es aquel cable de cobre o fibra óptica instalado sobre el lecho marino y destinado fundamentalmente a servicios de telecomunicación.
No obstante, también existen cables submarinos destinados al transporte de energía eléctrica, aunque en este caso las distancias cubiertas suelen ser relativamente pequeñas y además van insertados dentro de una tubería especial para evitar riesgos al contacto con el agua ya que maneja altas potencias.
Actualmente los cables submarinos de fibra óptica son la base de la red mundial de telecomunicaciones. 1 2 El cable submarino se muestra como una solución robusta y eficaz, por la resistencia ante inclemencias meteorológicas, menor latencia, y mayor ancho de banda que la comunicación por satélite, todo lo cual lo posiciona como una infraestructura más fiable y de mayor capacidad, una vez instalada y probada.
La comunicación vía satélite quedó relegada desde la década de 1990 a la transmisión de eventos deportivos y/o culturales específicos, la comunicación de sitios extremadamente remotos, y la navegación marítima/ aeronáutica. Se aprovecha la flexibilidad de poder “subir al satélite” en forma instantánea allí donde la “pisada” del satélite lo permita, e incluso moverse sin perder la conectividad, algo que el cable no puede dar.
Los cables en la actualidad no son muy gruesos, pueden alcanzar el tamaño de un brazo humano. Paradójicamente, cuanto mayor es la profundidad, menor es la protección mecánica que se necesita, pues hay una menor probabilidad de que se sufran daños en el cable por anclas, redes de arrastre, u otros. Suelen tener las fibras ópticas en el centro, recubrimientos plásticos, cables de acero para resistencia mecánica, conductores de cobre para alimentación de los repetidores, y una funda exterior de tereftalato de polietileno para aislarlo completamente.
Y se estará usted preguntando sobre la capacidad de transmisión de datos. Pues agárrese de su silla. Ni más ni menos que 3.840 giga-bits por segundo, es decir 102 discos DVD en esos segundos, esto es posible por la fibra óptica. Un cable consta de 16 hilos de fibra, por lo tanto se llenan 1.700 discos DVD por segundo, por encima de los 60 terabits por segundo.
La reparación de un cable a tanta profundidad es imposible, por lo que se arreglan en la superficie. Se rescatan los extremos dañados con un robot submarino, y se repara, une o soluciona el daño a bordo de buques especiales. No hay muchos barcos que se dediquen a esta labor
Hay varias razones por la que los cables sufren daños, pero básicamente es por anclas de barcos, redes de pesca, o peces. La fauna marina se puede comer el recubrimiento de los cables – tiburones -, atraídos por los campos magnéticos. Afortunadamente los nuevos diseños de cables contemplan este problema y reducen la posibilidad de cortes o complicaciones por estas causas.
Otros casos que se contemplan, son los terremotos. En 2006 uno con magnitud 7.0 rompió ocho cables en la zona de Taiwán, afectando gravemente a las comunicaciones en China. Un total de once barcos estuvieron 49 días trabajando en la reparación.
En la actualidad se están incorporando sistemas de reconocimiento de movimientos en el fondo oceánico para los posibles terremotos, que puedan derivar en algo más complicado. Se sabe que ahí se originan, por lo cual podemos contar con la velocidad con la que el cable puede avisar de lo que acontece, esto nos da un margen de maniobra muy grande para prevenir situaciones en las ciudades.
En la actualidad los cables no están protegidos por los países y cada año se producen entre 100 y 150 cortes de cables submarinos.
Esta maravilla tecnológica nos permite lograr la interconexión que gozamos en la actualidad.
FUENTE: Wikipedia